Yo soy claramente de la primera parte del título. Yo trabajo para vivir, pero que importante es el trabajo, ¿ verdad ? Ahí pasamos gran parte de nuestra vida y acaba siendo nuestra segunda casa, y es por eso que es tan importante.
El sueldo que cobramos es lo que nos permite
pagar las facturas, la hipoteca, el alquiler… más o menos holgadamente, pero lo
permite.
Los compañeros de trabajo pueden llegar a ser nuestra segunda familia, algunos
se convierten en amigos para toda la vida.
El jefe también es una pieza clave en
esta “familia” que formamos, si es un buen jefe (como deberían ser todos)
aunque el trabajo no te apasione, aunque el sueldo no sea demasiado bueno…
tener un buen jefe te hace “olvidar” ciertas cosas y darlo todo por él.
Una vez me dijeron que no hay personas que no sepan
desarrollar un trabajo sino que cada uno tenemos que encontrar nuestro sitio en
función de nuestras habilidades para conseguir el puesto de trabajo que se
adapta a nosotros. Pero claro, esto suele ser muy complicado ya que
el trabajo es algo que necesitamos y, a veces aceptamos cualquier cosa, porque lo
necesitamos y no podemos esperar a que nos llegue el trabajo adecuado.
El mercado laboral está cambiando constantemente, se va modernizando
y se va adaptando a los nuevos tiempos. Pero como en todo y para todo, hay empresas
con una gran capacidad de adaptación y con ganas de mejorar y cambiar y otras que
prefieren seguir como hasta ahora, o bien por miedo al cambio o por desconocimiento
del entorno.
Esto va ligado al tipo de mentalidad que tengan los que
están al frente del barco. En mi opinión, todo aquel que llegue a ciertos
puestos de relevancia dentro de una empresa tendrían que reunir unas cualidades
sin las cuales no debería poder optar al puesto (y no hablo de idiomas, ni masters, ni número de carreras… esas cosas las
puede tener cualquiera), me refiero a cualidades como la empatía, las ganas de
que sus trabajadores estén felices, de ser cercano, de preocuparse porque todo
funcione bien, de tener capacidad para saber quien vale y quien no vale para
gestionar personas…
Dentro de una empresa, de un departamento, el tener o ser un
buen jefe lo es todo. Un buen jefe motiva, anima, escucha, atiende, ayuda,
comprende, confía… Que maravilla esos jefes que quieren que crezcas, que
promociones, que te “muestran” al resto de la empresa para que puedas tener tu
oportunidad. Es una realidad que quien trabaja bajo una dirección empática
tiene una mayor proactividad y una mayor eficiencia.
Ahora con el Covid las empresas que aún no habían probado con el teletrabajo lo han empezado a hacer “a la fuerza”, pero aún
quedan de la vieja escuela, dirigidas por personas que no confían en sus
trabajadores, que creen que por trabajar desde casa van a vaguear. Por ser de
los que les gusta el presencialismo, el estar por estar. De hecho el que más
está no suele ser el que mas trabaja, sino el que más tiempo pierde a lo largo
del día y por ello necesita más horas para terminar sus tareas.
Pero, como en todo, siempre habrá de todo, solo esperemos
que nos toque la parte buena y acabemos en una buena “familia” donde nos sintamos
como en casa.