Dicen que los hombres y las mujeres procedemos de planetas
diferentes y para nada. Somos todos del mismo planeta, la Tierra, lo que pasa
que de Hemisferios diferentes. El error es que intentamos entendernos los unos
a los otros, bueno las mujeres intentamos entenderles más que ellos a nosotras
simplemente por el hecho de que le damos una y mil vueltas a todo lo que nos
pasa, y eso es casi tan difícil como intentar buscar y ENCONTRAR una aguja en
un pajar. MISIÓN IMPOSIBLE.
Nosotras pensamos que ellos son inmaduros, críos, que si no
tienen lo que quieren se enfadan, absurdos, y por supuesto carentes de toda
lógica. Ellos piensan que somos unas histéricas, que siempre queremos salirnos
con la nuestra, que somos intransigentes y por supuesto que no entendemos sus “necesidades“.
Que gracia me hace cuando hablan especialmente de esto.
“ Cariño yo tengo mis necesidades “. Claro y yo no ¿ verdad
? Yo lo tengo absolutamente todo y no necesito nada. Además sus necesidades son
muy básicas, tan tan básicas que sólo se refieren a una cosa cuando hablan de
sus “necesidades”. Mira guapito… y le intentas dar tu punto de vista pero ni
ven, ni escuchan ni nada, y así una y otra y otra y… me canso ya de escribir.
Por supuesto que somos diferentes, como no vamos a serlo,
solo con mirarnos lo podemos comprobar así que no podemos esperar que si
físicamente somos tan distintos psicológicamente seamos iguales. La mejor
manera de sobrevivir al género contrario es reírse de todo. Este es un método
maravilloso, no sólo para sobrevivir a las diferencias entre hombres y mujeres,
sino para sobrevivir a cualquier cosa que vida nos pone en nuestro camino.
No podemos ser iguales, y gracias a Dios porque si no sería
todo muy aburrido. Es genial y divertido las conversaciones entre mujeres
cuando alguna de ellas acaban de conocer a un hombre. Lo que sí que sería súper
divertido sería infiltrarse en las conversaciones que ese mismo hombre,
protagonista de las conversaciones femeninas, tiene con sus amigos. Seguro que
no tiene nada que ver, eso está claro.
Sería para troncharse de risa, siempre y cuando no seas tú
la protagonista, porque si no la cosa deja de tener tanta gracia. Lo bueno que
aportan los años es la experiencia y que tu amiga te dice que el hombre del que
lleva enamorada mil años ha estado muy atento y ha hecho o dicho lo otro… ella
está en su nube de “ por Dios que se haya dado cuenta de que me quiere “,
mientras que tú que, ya has pasado por esa situación piensas (y le dices) que
eso no funciona así, que él es un viva la virgen (las mujeres por alguna rara
razón somos masoquistas y no queremos al hombre que nos adora, queremos y nos
enganchamos como lapas a esos hombres que no nos hacen ni caso la mayor parte
del tiempo pero que de repente te sonríen y sientes que el suelo se abre ante
tus pies), que si le ha hecho más caso que otros días es por tenerla ahí. Y sí
señoras mías, la historia funciona así. Veamos un ejemplo.
El tipo de hombre que le gustan más las mujeres que a un
tonto un lápiz, que por algún trauma de la infancia no quiere o no puede estar
solo con una mujer y prefiere saltar de cama en cama, o que salten en la suya
que ahí cada uno tiene sus rarezas. De repente fija su objetivo, o simplemente
se aburre, y lo típico: tonteo, risas, algún mensajito a horas que no son las
adecuadas, roces sin querer… y la mujer cae porque el hombre no es su tipo pero
tampoco está mal y a nadie le amarga un dulce así que mira CARPE DIEM (no
apliquéis este lema a todo en vuestras vidas, os puede ir muy pero que muy
mal).
El caso es que ella se lanza a un “ amorío “ de locura y
desenfreno. Para él sólo sexo para ella las tres primeras veces porque luego y
sintiéndolo mucho, la mujer se implica y empieza a imaginarse yendo con él al
cine, a la playa, de viaje, en una cena romántica, de paseo… pero ella finge
que no es así y cuando se lo cuenta a sus amigas sólo dice “ Tranquilas, sé
como es y lo que puedo esperar de él. Está todo controlado “ Alerta máxima. Eso
es lo que debería sonar siempre que esa frase sea pronunciada, para que todo el mundo sepa
que se aproxima la catástrofe. No querida, no sabes lo que puedes esperar de
él. Puede que tu cabeza lo sepa pero el corazón es otra historia. El corazón ya
está dibujando corazones en todas partes con su nombre y el suyo metidos
dentro. Sí señoras, eso es una cosa que empezamos a hacer con el primer amor y
no dejamos de hacerlo, aunque no lo dibujemos, literalmente hablando.
Pero después llega el dolor porque él ya no está
tan pendiente de ella. Ya no le escribe tanto ni le hace tanto caso, de hecho
se lo hace a las demás. Y ese dolor que empieza como una pequeña molestia termina
siendo una angustia que no te deja vivir, ni pensar, ni comer… bueno pensar sí
que te deja, pero sólo en él que lo ocupa todo. Así que la mujer intenta
alejarse, y digo intenta porque a la primera no lo consigue (ni a la segunda,
ni a la… ), y cuando parece que se está recuperando él vuelve a la carga. Y
otra vez empezamos de cero.
Y es en ese momento cuando la chica le dirá a sus amigas que
está muy majo, muy atento, que está pendiente de ella en cualquier momento… no
querida, lo único que está pasando es que él sabe que te estás alejando y que
lo estás superando (esto es como dejar cualquier otra adicción) y no quiere que
lo superes porque si eso pasa a él se le acabó el chollo, así que despliega
todo su arte, y tiene mucho sabiendo que su vida depende de ello porque con
cada conquista (nueva o antigua) su ego crece un poco más.
Por supuesto sobra decir que la chica caerá una y mil veces,
porque así somos las mujeres. Queremos igualdad pero en este tema no lo
conseguiremos nunca porque si no se perdería nuestra esencia. Lo bueno es que
la experiencia te enseña que este tipo de hombres no es de los de cogerte la
mano mientras paseáis, sólo te cogerá la mano para llevarte a la cama y luego
ni si quiera te la cogerá cuando te “eche“ de su casa.
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