martes, 7 de febrero de 2012

¿ Se puede reír y llorar a la vez ?


Cuando era pequeña siempre oía en mi casa dos cosas: que el tiempo pasa muy deprisa y que con el tiempo todo va a peor. Parecen dos frases muy pesimistas y siempre he pensado que eran unos exagerados en mi casa, que el tiempo pasa a la velocidad adecuada y que las cosas no van a peor con el paso del tiempo, simplemente cambian y en ocasiones esos cambios no nos gustan. Pero no necesariamente es que vaya a peor.

No sé si será la edad o la mentalidad, pero ahora creo firmemente en esos dos preceptos. La velocidad del tiempo se podría comparar a la velocidad de la luz. Los días pasan volando, las semanas ni se sienten, los meses corren y los años se te escapan. Esa es la verdad. La verdad absoluta. No puedes distraerte ni un segundo porque sino la vida se te escapa de las manos como la arena de la playa entre los dedos, y no merece la pena pasarse un tiempo valiosísimo de tu vida haciendo algo que no te gusta porque siempre hay tiempo para cambiar de rumbo, porque siempre hay tiempo para tomar decisiones. El problema es que da miedo decidir cosas que no sabemos si vamos a acertar o a fallar estrepitosamente, pero eso es la vida.


Y por supuesto, con lo que más estoy de acuerdo, es que con el tiempo las cosas van a peor. La edad es una muestra de ello. El cuerpo va perdiendo la elasticidad, la agilidad, los reflejos… La piel se arruga, la firmeza se pierde, se engorda… Al principio todo parece maravilloso pero en realidad eso es una utopía. No es que sea maravilloso simplemente no hay la confianza ni la franqueza para ponerme los puntos sobre las íes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario