martes, 17 de junio de 2014

No Hay Dos Sin Tres





Hace dos semanas una revista online hacía un concurso en el que sorteaban un par de entradas para ir al preestreno de la película " No Hay Dos Sin Tres ", así que participé. Sólo había que contestar una pregunta y... ¡ GANE !


De manera que el jueves pasado, día 12 de Junio, ahí que fuimos ÉL y yo. Antes de dar mi opinión voy a dejar un pequeño resumen del argumento de la película.

     " Tras enterarse de que el hombre con quien sale (Coster-Waldau) está casado, una mujer (Cameron Díaz) descubre además que tiene mucho en común con su esposa (Leslie Mann), por lo que ambas deciden vengarse de él y sus infidelidades. Contarán también con la ayuda de su actual amante (Kate Upton). "

A mí me pareció divertida y bastante entretenida. La típica comedia romántica, con sus puntos graciosos y su punto de locura. He de reconocer que a ÉL, a pesar de reírse en un par de ocasiones, acabó un poco cansado porque se le hizo un poco larga.

Quizá no es la típica película para ir al cine a verla, pero sí que es un buen film para ver un sábado o un domingo por la tarde en la comodidad del sofá de tu casa y con tu cuenco de palomitas hechas en casa.

lunes, 9 de junio de 2014

Cursillos Prematrimoniales

Pues sí. ME CASO. Lo "decidimos" en Septiembre del año pasado y ahora estamos a 3 meses y pocos días. Y es que la frase de " El tiempo pasa volando" es totalmente cierto.

Preparar una boda significa estar pendiente de mil detalles. Y cuando digo mil, es mil (número arriba, número abajo). A parte de las cosas obvias, y las más grandes, como... Vestido de la novia, Chaqué del novio, Zapatos de ambos, Velo, Iglesia, Lugar del Banquete... Luego están los detalles más o menos pequeños como... Regalo para los invitados, Alpargatas para las mujeres que, llegado un punto de la celebración, se quieran poner los zapatos de pamela, Detalles varios que le den colorido y gracia a la cosa, Mantelería, Música...


Y uno de los requisitos indispensables es pasar por un cursillo prematrimonial. El nuestro ha sido este fin de semana (sábado completo, es decir, de 10.00 a 19.00 y el domingo por la mañana, es decir, 10.00-14.00). No quiero mentir a nadie pero íbamos como si fuéramos al matadero. Creíamos que iba a ser un rollo increíble del que no nos podíamos escapar y que había que pasarlo lo más rápido que pudiéramos. Pero la realidad ha superado nuestras expectativas.

Las charlas las daban curas, sólo hubo dos y uno de ellos se limitó a decir como se debe desarrollar la ceremonia y sus consejos, y el otro ya dio más charla sobre el matrimonio. Las demás charlas las daban personas que llevan casados muchos años y te contaban sus experiencias y consejos. Después o antes de cada charla nos dividían en grupos, siempre los mismos y separando a las parejas, y hablábamos sobre lo que ya habíamos oído o sobre lo que íbamos a escuchar.

Así contado puede que no parezca muy apetecible, pero ha sido genial. Una experiencia maravillosa que considero que debe ser pasada por cada pareja que se vaya a casar por la Iglesia, siempre y cuando los que se casen sea porque de verdad se quieren casar por la Iglesia y no por contentar a los padres o porque queda bien porque entonces el cursillo no les va a valer para nada.

La gente súper agradable, los monitores encantadores, que deciden dar su tiempo libre de manera totalmente altruista, y los dos sacerdotes muy abiertos al mundo de hoy lo que facilitó las preguntas, las respuestas, y que nos entendiéramos todos a la perfección. 



El domingo acabamos con una mesa redonda en la que, todos los que hablaron dijeron lo mismo, que el curso había superado las expectativas y que nos íbamos encantados y con una muy buena sensación. El punto y final fue la Misa y la entrega de nuestros Certificados.

Conclusión: muy buen ambiente, buenísima sensación, nos ha ayudado bastante y... ha puesto un poquito nervioso al novio porque ve que la BODA ya está aquí :). Y para terminar sólo me queda dar las GRACIAS, aunque ellos nunca lo vayan a leer.

viernes, 6 de junio de 2014

Cuéntame Cómo Pasó


Anoche se emitió el último capítulo de la temporada de Cuéntame Como Pasó. No me decepcionó en absoluto. De hecho, si eso es posible, me enamoré un poquito más de toda la familia Alcántara. Me parecen un ejemplo maravilloso de familia unida, que se quieren, se ayudan, se apoyan, se cuidan... En lo bueno y en lo malo.


Creo que me he visto todas las temporadas y no me canso. Muchas personas se quejan de lo larga que está siendo la serie, pero yo, ¿ qué queréis que os diga ? Cuando algo me gusta tanto no me canso. Me parece genial la serie, pero quien más enamorada me tiene es el matrimonio de Antonio y Merche.

Habrá quien piense que como puede ser después de todo lo que ha pasado esta temporada, pero es que así es la vida. Así es el amor. Y así me imagino que es el matrimonio, que no es otra cosa que una relación larga y si todo va bien eterna. El amor consiste en lo que ellos transmiten perfectamente.

 El amor es estar al lado de la otra persona cuando está bien, cuando está hundido, cuando se enfada, cuando es inmensamente feliz, cuando no te aguantas ni tú, cuando gritas, cuando sonríes, cuando hablas, cuando callas y sobre todo... Cuando te equivocas.

Porque el ser humano es así. Se equivoca. Pero a veces es la única manera de pararte y mirar todo lo que tienes a tu alrededor para poder valorarlo de verdad. En ocasiones pensamos que lo que tenemos siempre ha estado y siempre va a estar ahí, pase lo que pase, pero lamentablemente eso no es cierto. Todo lo que tenemos hay que cuidarlo para que el tiempo lo desgaste lo mínimo posible.


Y todo esto y mucho más es lo que transmiten ellos dos, Mercedes y Antonio. Siempre he dicho que son el matrimonio perfecto pero la realidad ha sacudido esta perfección esta última temporada, pero aún así cuando se recompongan volverán a transmitir eso que tan bien saben hacer ellos.

Por eso y por mil cosas más, que no voy a escribir para no aburrir, estoy TOTAL y ABSOLUTAMENTE enamorada de la serie y de la familia, y espero poder seguir disfrutando con ellos.