La personalidad es algo tan importante en una persona que a veces, o casi siempre, cuando me encuentro con alguien que no tiene personalidad me da pena. Pena porque cualquiera con dos dedos de frente, aunque esto no es un requisito indispensable, les puede manejar a su antojo.
La personalidad es lo que nos define y nos aporta características diferentes a los demás que nos hacen destacar sobre el resto, para bien o para mal. Pero más allá de todo eso, es lo que nos permite llevar nuestra vida por los caminos que nosotros mismos queramos y no los caminos por los que a los demás les conviene que vayamos para su propio beneficio.
Cuando veo alguna situción en la que se ve claramente quien es el que maneja y quien es la marioneta me dan ganas zarandear por los hombros a la persona que se está dejando manipular a la vez que le diría " ¡ pero no ves que te está llevando a su terreno ! " Pero esto no se puede hacer ni siempre que se quiere ni con todo el mundo.
Un día una amiga mía le dijo a otra con la que tuvimos ciertas desavenencias " comprate una personalidad nueva " Tenía todo el sentido del mundo porque ese ha sido uno de los casos más claros que he visto de manipular a una persona. Yo estoy muy orgullosa de mi personalidad, pero más que de mi personalidad, estoy orgullosa de tener las ideas muy claras y nunca he dejado que nadie tomara las riendas de mi vida, precisamente porque es mi vida, y como cada uno tenemos la nuestra ¿ por qué voy a dejar que cualquiera maneje mi vida cuando ya tiene la suya ?
No me gustan los manipuladores ni los que se dejan dominar, porque si los primero existen se debe a que hay una parte de la población que se deja llevar por ellos, y encima se creen listos. Esperemos que siempre les podamos distinguir, tanto a unos como a otros, porque aunque no tienen el mismo nivel de peligro sí puede pasar que los dos se pongan en tu contra solo por la voluntad de uno de ellos.
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