lunes, 22 de agosto de 2011

Quitémonos La Máscara




Hay personas que no pueden mantener la boca cerrada. Que les cuentas algo y antes de que te hayas dado la vuelta ya lo sabe todo el mundo, porque son incapaces de guardar un secreto o lo que sea que les hayas contado.

También hay personas que no saben hablar de otra cosa que no sea la vida de los demás. Enjuician a todo el mundo sin plantearse en ningún momento que eso mismo que están criticando lo han hecho ellos mismos, y esa es la parte más graciosa de todo. Me encantaría poder reírme en la cara de esas personas y decirles " ¿ Pero tú te estás escuchando ? " Que graciosa es la gente.

No quiero ser cínica y decir que yo no critico, porque lo hago, y normalmente me gusta. Pero lo que sí que puedo decir es que no lo hago el 100% de mi tiempo libre, eso sí que no, porque me aburriría. En cambio sé que hay personas que cuando se reunen para tomar algo, para salir, para ver un partido de fútbol... acaban hablando siempre de los demás. Curiosamente siempre se dice lo mismo y de las mismas personas, y curiosamente también de aquellas personas que nunca están... ¿ será casualidad ? ¿ será cobardía ?

Que fácil es hablar de las personas cuando no están. Y no me refiero a hablar, sino a machacar a la persona ausente, pero ay caramba! en cuanto su rostro aparece todo son sonrisas y halagos... ¿ En serio está pasando esto ? El colmo de los colmos.

También hay una curiosidad muy graciosa, los que más hablan son con los que menos te puedes meter si están delante, ¿ por qué ? Porque se enfadan! Sí, parece incongruente, pero siempre los bocazas son los que menos tolerancia tienen de los comentarios hacia ellos. ¿ Será que la ley del embudo nos invade por los cuatro costados ? ¿ O será la falsedad ? 

Ya no sé como definirlo, sólo sé que me da mucha rabia. Van de valientes hablando de aquél y del de más allá, pero luego nunca dicen las cosas de frente dejando que la otra persona se defienda o de su punto de vista sobre aquel comentario que hizo o sobre aquel acto que realizó.

En fin, solo espero poder darme cuenta antes de tiempo de quienes son los bocazas que andan a mi alrededor como moscones, para andarme con pies de plomo y poder meterles en vereda si la vida me pone ante esa maravillosa oportunidad.

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