Todos tenemos secretos. Más o menos fuertes pero secreto al fin y al cabo. Se supone que un secreto es tal porque no lo sabe nadie más que tú o como mucho una o dos personas más. Cuando cuentas algo de tu vida que no quieres que se entere nadie pero necesitas contarlo porque tú sola no puedes con ello hay que pensar mucho y con cuidado en quien vas a confiar tanto como para poder desahogarte, pero con la tranquilidad de saber que va a seguir siendo un secreto y que no va a salir de ahí.
Hay que tener cuidado en la elección de esas personas porque no puede ser cualquiera. Por supuesto, y bajo mi punto de vista, tiene que ser alguien en quien confíes tanto que hasta pondrías tu vida en juego por ella. Hasta la muerte por esa persona. Los miembros de tu familia también valen como personas de confianza, pero en ocasiones… mejor mantenerles al margen de lo que está pasando en tu vida porque ellos son más felices viviendo en la ignorancia que conociendo la verdad.
Gracias a Dios yo cuento en mi vida con varias personas de confianza pero sólo hay una a la que se lo cuento absolutamente todo, todo, todo… Y de verdad digo que la tranquilidad que me da saber que cuento con ella para lo que sea, igual que ella para mí, es indescriptible. También cuento con un pequeño hándicap en mi vida y es que siento la necesidad de hablar sobre todo lo que me preocupa, lo que me angustia, lo que no me gusta… de todo lo que pasa a mi alrededor. Por esa necesidad nació este blog ;)
A los que no tengáis a una persona así en vuestras vidas os deseo que la encontréis porque creo que es una necesidad del ser humano el relacionarse con los demás y el poder hablar con alguien sin tapujos y decirle lo que piensas tal como lo piensas, con cariño pero son sinceridad. Y para los que sí tenéis a alguien así os recomiendo que la cuidéis toda la vida porque os va a ayudar a enfrentaros a las situaciones que os ponga la vida ;)
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