Dejar en Paz

No mirar. No tocar. No hablar. No acercarse. No vigilar. No estar pendiente. No preguntar. Eso es dejar en paz. Sólo si te dejan en paz puedes tomar distancia. Puedes alejarte de la situación y ver cual puede o debe ser el siguiente paso a dar.

Mirar. Tocar. Hablar. Acercarse. Vigilar. Estar pendiente. Preguntar. Eso no es dejar en paz. Si no te dejan en paz no puedes tomar distancia. No puedes alejarte de la situación y por supuesto no ves nada. No ves el siguiente paso que puedes o debes dar. Pero no sólo no ves eso, sino que no ves nada más. Sólo ves. Sólo vives lo que vives. Sólo sientes. Sólo eres consciente de esa situación en la que estás inmersa. En la que estás metida. De la que no sabes salir. O no quieres salir.

Hay que olvidar. Hay que seguir adelante. Hay que atreverse. Hay que decidirse. Lamentablemente es más fácil ser cobarde que valiente. Si eres cobarde te puedes esconder. Agazapar. Agachar. Construir un muro delante de ti. No ir de frente  Pero lo que a mí me gusta es la gente valiente. Que no se esconde. Que no se agazapa. Que no se agacha. Que tira todos los muros de su alrededor. Que va de frente.

El problema de todo esto es pretender que el mundo se comporte contigo como tú te compartas con el mundo. Eso sí que es una utopía. Eso no existe. Puedes encontrar personas, menos mal, que son más o menos parecidas a ti y con las que puedes mantener una relación franca. Clara. Pero... ¿ qué debemos hacer con los que no son como nosotros ? Obviamente no debemos dejar de tratar con ellos porque sino la vida sería muy aburrida siendo todos iguales, pero hay que saber llevarles. Guiarles.

Estoy mezclando cosas. Temas. Pero es que tengo tanto que decir. Tanto que hablar que cuando empiezo no acabo y entonces comienzo a divagar y acabo haciendo un jaleo tremendo. Hoy por hoy vivo en un mar de preguntas, de incertidumbres y sé que se me tienen que solucionar y sé quien me las puede solucionar. Pero tengo que esperar, y yo nunca he tenido PACIENCIA.